LOS YUYOS DE MI TIERRA
Achicate, hermano
no busqués la loma,
andá por los bajos
pisá el trebolar;
no temás el charco
que el agua es playita,
y el barro del campo,
no sabe ensuciar.
Si querés altura
mirá las estrellas
donde anida el rumbo
que conduce a Dios;
no negués tu rostro
al ala del viento
ni cubrás tu frente
por no ver el sol.
Pará las orejas
y escuchá a los grillos,
rumiá tu silencio
y aprendé a callar;
te dirán verdades
que estaban ocultas
como una nidada
en el alfalfar.
No vendás distancias
por comprar sosiego,
no dejés taperas
después de acampar;
tené fe en la huella,
buscá el horizonte:
de seguro un día
lo habrás de alcanzar.
Florecé a los vientos
como lo hace el cardo
que llegado a seco
libera el pompón;
no apurés la historia,
no arriés tus banderas,
confiá en tus hermanos
como ellos en vos.
Vení y matearemos
despacito, juntos,
me hablarás de lucha
te hablaré de fe;
y al final del día
nos daremos cuenta
de que en igual senda
andamos tal vez.
Cuando el sol se vaya
y la tarde caiga,
se abrirán los ojos
al partir el pan;
y entonces sabremos
que por el camino
nos venía arreando
el Dios de la paz.
M.Menapace
no busqués la loma,
andá por los bajos
pisá el trebolar;
no temás el charco
que el agua es playita,
y el barro del campo,
no sabe ensuciar.
Si querés altura
mirá las estrellas
donde anida el rumbo
que conduce a Dios;
no negués tu rostro
al ala del viento
ni cubrás tu frente
por no ver el sol.
Pará las orejas
y escuchá a los grillos,
rumiá tu silencio
y aprendé a callar;
te dirán verdades
que estaban ocultas
como una nidada
en el alfalfar.
No vendás distancias
por comprar sosiego,
no dejés taperas
después de acampar;
tené fe en la huella,
buscá el horizonte:
de seguro un día
lo habrás de alcanzar.
Florecé a los vientos
como lo hace el cardo
que llegado a seco
libera el pompón;
no apurés la historia,
no arriés tus banderas,
confiá en tus hermanos
como ellos en vos.
Vení y matearemos
despacito, juntos,
me hablarás de lucha
te hablaré de fe;
y al final del día
nos daremos cuenta
de que en igual senda
andamos tal vez.
Cuando el sol se vaya
y la tarde caiga,
se abrirán los ojos
al partir el pan;
y entonces sabremos
que por el camino
nos venía arreando
el Dios de la paz.
M.Menapace
2 comentarios
tamu -
aNgeliTo! -
Besotes! :)